Por: Facundo Vignoles

Contador público. Líder del desarrollo de Mi Estudio de Errepar

Si me siguen desde la nota anterior, sabrán que soy de esos contadores que aman la tecnología y que creen firmemente que es nuestra mejor aliada. Sin embargo, sé que muchos colegas tienen la sensación de que no tienen tiempo para sumarse a este movimiento.

Probablemente muchas veces han pensado: “Muy útil este sistema pero no tengo tiempo para configurarlo” o “Este software es muy complicado, prefiero seguir haciendo mi trabajo como lo hago hasta ahora”... Y los entiendo. Nuestro día a día es una vorágine: vencimientos, normativas que cambian a último momento, clientes que necesitan respuestas para ayer... La idea de sumar una nueva tarea, por más que sea para simplificar, suena a una locura.

Pero, ¿qué pasaría si les dijera que la clave no es encontrar tiempo, sino crearlo? No se trata de cambiar todo de golpe, sino de tomar la decisión de reservar un espacio para eso que siempre postergamos. Imaginen, por ejemplo, un día a la semana por la tarde, dedicar un par de horas exclusivamente a la tecnología.

Este sería el momento perfecto para instalar esa aplicación que te recomendaron, explorar una nueva herramienta para automatizar tareas, o mejorar esa planilla de cálculo que se utiliza todos los meses, esa que tiene muchas fórmulas y que siempre quisiste optimizar, pero nunca encontraste el espacio. Sería también el momento ideal para cargar la información al sistema de gestión, que te ayuda a ordenar los vencimientos de tus clientes y ordenar las tareas del estudio o para digitalizar y organizar esos papeles que todavía te dan vueltas por la oficina.

Pero esto no es todo, el equipamiento informático también importa, imaginemos a un carpintero trabajando con herramientas de baja calidad o desgastadas por el uso y el paso del tiempo. Sería un trabajo lento, frustrante y el resultado final no sería el esperado. La tecnología es para nosotros los contadores, lo que las herramientas son para el carpintero. Si nuestras herramientas no son las adecuadas nuestro trabajo se vuelve ineficiente y estresante.

De nada sirve tener la mejor aplicación del mundo si el equipo en el que la usás es lento, se tilda o necesita de reinicios cada vez más seguidos. Trabajar con equipos lentos, pantallas antiguas, o con ese mouse o teclado que no responden bien, no solo nos quita tiempo, sino que también nos genera frustración y, a la larga, problemas de salud. Invertir en una buena computadora, un teclado y un mouse de calidad, en lo posible ergonómicos, es invertir en tu productividad y en tu bienestar.

Y si me permiten un consejo de amigo: prueben trabajar con un segundo monitor. Es un antes y un después. La recomendación es que la pantalla principal no sea menor de 24 pulgadas, para que el tamaño permita trabajar con comodidad. Imaginen tener en una pantalla el aplicativo de ARCA, y en la otra, una hoja de cálculo o el software de gestión. Se terminan los clics, los cambios de ventana que nos hacen perder el hilo de lo que estamos haciendo y esa sensación de que por tener tantas aplicaciones abiertas no encontramos nunca la que necesitamos. Un segundo monitor te organiza, te da claridad y, créanme, libera ese tiempo que ni sabían que estaban perdiendo. Además con esta mejora también colaboramos con el medio ambiente, porque ya no vamos a necesitar imprimir documentación con el único objetivo de agilizar la carga de los datos.

En el mismo sentido, no hay que olvidarse del software. A veces, por no pagar una licencia, usamos aplicaciones que nos dan más problemas que soluciones. Invertir en licencias de software confiable, con soporte y actualizaciones constantes, no es un gasto, es una inversión que te da tranquilidad y te asegura que las herramientas que usas están diseñadas para facilitarte el trabajo, no para complicarlo. Es verdad que no a todas las aplicaciones podemos elegirlas, hay muchas que vienen predeterminadas por los diferentes organismos relacionados a nuestra profesión, pero les aseguro que si actuamos e invertimos tiempo sobre las herramientas que sí podemos elegir, nuestro día a día se verá simplificado notoriamente.

Para finalizar, te aseguro que empezar a invertir ese par de horas semanales en mejoras e implementaciones, sumando la importante decisión de renovar nuestras herramientas de trabajo, son claves para empezar a ganar ese valioso tiempo que todos necesitamos en nuestra vida.

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