En la causa 'Cafaro, María Elvira c/Caja de Jubilaciones, Pensiones y Retiros de la Provincia de Córdoba s/plena jurisdicción', el Tribunal de Justicia de Córdoba reconoce el derecho de la cónyuge supérstite al beneficio de pensión del causante a pesar de que no compartía el mismo domicilio.

El máximo tribunal consideró que las nuevas tendencias permiten afirmar que no es lo mismo la 'convivencia' que la 'cohabitación', porque puede existir cohabitación sin convivencia y convivencia sin cohabitación.

En el caso, la evidencia denotaba el mantenimiento del vínculo entre ambos cónyuges y un acompañamiento mutuo, que determinaba la vigencia del matrimonio en cuestión, más allá de no habitar en la misma residencia.

Rechazo del beneficio

El Tribunal de sentencia no hizo lugar a la acción contencioso administrativa de plena jurisdicción interpuesta por la accionante en contra de la Caja de Jubilaciones, Pensiones y Retiros de Córdoba, a través de la cual impugnaba la resolución que le denegó el beneficio de pensión solicitado en calidad de viuda.

A su vez la Cámara Contencioso Administrativa de Primera Nominación confirmó la denegatoria del beneficio de pensión solicitado por cuanto entendió que, del análisis de las actuaciones administrativas y de la prueba producida en autos, surgía que la separación de hecho entre la actora y el causante estaba acreditada, pues no había pruebas de la convivencia entre los cónyuges al momento del deceso, y tampoco la actora había podido dar cumplimiento a los requisitos establecidos por la ley previsional para poder ser reconocida como titular del beneficio de pensión en tal condición.

Para así resolver tuvo en cuenta la diferencia de domicilios entre ambos, la existencia de declaraciones testimoniales contradictorias en relación a la convivencia con el causante y la falta de acreditación de prestación alimentaria a favor de la actora.

Qué dice el Superior Tribunal

El Tribunal Superior de Justicia, por intermedio de su Sala Contencioso Administrativa, resulve hacer lugar parcialmente a la acción contencioso administrativa y reconoce el derecho subjetivo de la cónyuge supérstite al beneficio de pensión solicitado en su calidad de cónyuge del causante.

Ello así, al concluirse que si bien la Cámara había realizado un pormenorizado análisis de los plurales domicilios acreditados en autos, ello no resultaba un obstáculo para el reconocimiento del derecho de pensión pretendido, frente a la existencia de evidencia que denotaba el mantenimiento del vínculo entre ambos cónyuges y un acompañamiento mutuo, que determinaba la vigencia del matrimonio en cuestión.

El derecho del cónyuge supérstite no está sujeto a ningún recaudo adicional cuando no se da un supuesto de divorcio, separación legal o hecho, en cuyo caso el derecho de pensión está directamente condicionado a la prestación alimentaria del causante o a la concurrencia del o de la conviviente.

Las nuevas tendencias vigentes permiten afirmar que no es lo mismo la 'convivencia' que la 'cohabitación', porque puede existir cohabitación sin convivencia y convivencia sin cohabitación. Así, la convivencia presupone la existencia de un proyecto de vida en común que puede materializarse de diversas maneras, puesto que aunque la mayoría de los matrimonios convive, no es conditio sine qua non compartir una vivienda, siendo posible admitir que los esposos de manera libre, voluntaria y fundadamente, decidan habitar en diferentes residencias, sin que ello signifique el quebranto del vínculo matrimonial.

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