Por: Enzo Sabadini

Introito

El uso de la tecnología ha crecido aceleradamente en los últimos años, integrándose en casi todos los aspectos de la vida cotidiana. Aunque algunas actividades aún prescinden de ella, son una minoría. Hoy, casi todo está envuelto en ella, antes impensada como necesaria, pero, ahora, esencial en la vida moderna de casi todos.

El consumismo moderno ha sumergido en la imperiosa necesidad de tener todo al alcance de nuestras manos con la inmediatez que solo este conjunto de habilidades puede lograr. Por eso, hoy, ya no es posible pensar que haya personas que no tengan, al menos, un artefacto eléctrico y, más aún, un celular, aunque no lo sepan usar al 100% y su uso sea más bien básico, para llamadas o mensajes de texto o WhatsApp.

Ya lo dice Gastón Andrés Navarro:

“Desde un punto de analítico de las pruebas en particular, es relevante la comprensión general de las incidencias que poseen globalmente las tecnologías en nuestra vida cotidiana. El uso de las tecnologías de información y comunicación (cuya sigla comúnmente utilizada es ‘TIC’) viene a representar la masividad exponencial con la cual la adopción de distintas herramientas de carácter electrónico/digital han terminado por impactar en la cotidianeidad de nuestras vidas, al punto límite que, en esta era moderna, no podemos concebir muchas de nuestras actividades usuales -ya sean profesionales, recreativas, periodísticas, etc., sin la asistencia de los medios electrónicos que nos brindan los contenidos y facilidades para llevar adelante dichos objetivos”.

En este pequeño trabajo se abordará la importancia que revisten los mensajes de esta aplicación en las comunicaciones interpersonales, en el marco de un proceso judicial civil y su potencial uso como prueba del mismo. Aun cuando pueden ser usados en los distintos procesos como medios de prueba, siempre bajo un riguroso procedimiento -por el momento-, en este trabajo solo se los analizará limitadamente a la rama civil, ya que se excedería de nuestro análisis verlo en las demás ramas.

Las comunicaciones de WhatsApp, para poder ser utilizados en el marco de un proceso como medio de prueba, deben pasar por un riguroso análisis. Esto, a los efectos de poder determinar si dicha prueba reviste la suficiente entidad para poder crear en el juez una convicción determinante y que esta pueda influir de manera positiva -o negativa- en su postura frente a los hechos que pudieron haber planteado las partes. Está claro que, en un proceso contencioso, las partes llegarán al juez con su propia versión de los hechos y que dicha versión se sustentará, se corroborará o será dejada de lado, según quien pueda probar mejor lo que dice.

Por eso es necesario que los mensajes sean ofrecidos de la mejor manera posible conforme el procedimiento que la doctrina ha determinado actualmente. Esto le dará peso y sustento a los hechos de la parte que los ofrezca.

En este análisis, se describirá el procedimiento a tener en cuenta para introducir la prueba en el proceso y que la misma pueda ser lo suficientemente seria para generar convicción en el juez.

Acreditación de mensajes de WhatsApp en el proceso civil

Esta app que pertenece a Meta es un servicio de mensajería instantánea multiplataforma (propiedad de Facebook Inc.), que se utiliza en todo el mundo bajo el esquema freeware. Te permite el envío de mensajes entre los usuarios en varios formatos, ya sea como textos o por mensajes de voz de cierta duración, así como llamadas de video. También, permite mandar y recibir imágenes, videos cortos, como también documentos en varios formatos (Word, Excel, Power Point, pdf, etc.), fotografías, etc. Para esto, será esencial contar con un número móvil de celular y que el mismo esté vinculado a la cuenta de usuario de quien quiera acceder al sistema. Aunque la aplicación se ejecuta desde un dispositivo móvil, también se puede acceder a ella desde computadoras de escritorio -WhatsApp Web- o incluso tablets.

Es necesario entender que, a la luz de la jurisprudencia y de lo que reza el artículo 318 del Código Civil y Comercial, los contactos a través de este medio son considerados como correspondencia y, para ser presentados en juicio, deben cumplir ciertos requisitos, tales como autenticidad, integridad y licitud, verificables a través de pruebas periciales y otros medios probatorios.

Estas comunicaciones entre las partes no deberán tener el carácter de privado o confidencial, siendo posible su presentación tanto por el destinatario como por su emisor. De lo contrario se vulnerarían los artículos 18 y 19 de nuestra Constitución Nacional, generando que estos sean excluidos del proceso.

Se podría preguntar qué sucedería si parte de la prueba esencial para un proceso está en un mensaje con carácter privado o confidencial o, incluso, si parte de un mensaje privado o confidencial necesariamente debe ser usado como prueba. Esto claramente haría que el juez se encontrara en un dilema si tuviera que decidir si usar esa prueba en esa condicionante o situación. Por eso, la prueba de WhatsApp deberá ser acompañada, en la medida de lo posible, con otras pruebas para darle el sustento legal necesario.

Como fuente de prueba, lo relevante será su contenido, es decir, el dato que pueda obtenerse de la misma y que exista independientemente de un proceso.

Como el documento electrónico que es, al tener firma electrónica, debe pasar por un triple test de admisibilidad, para así tener acreditada la autenticidad, que unirá al autor con el documento electrónico, siendo necesario para ello su número de teléfono vinculado a la cuenta de usuario y el código IMEI del dispositivo comunicacional, la integridad, para verificar la inalterabilidad del documento electrónico para determinar si hubo o no adulteraciones del mismo, mediante su hash y, por último, la licitud, que determinará cómo se obtuvo dicha fuente de prueba.

Teniendo en cuenta el principio de amplitud probatoria, la prueba deberá producirse por los medios previstos expresamente por la ley y por los que el juez disponga, pedido de parte o aun de oficio, siempre teniendo en cuenta que no se afecten la moral, la libertad personal de los litigantes o de terceros, o no estén expresamente prohibidos para el caso. Y los medios de prueba no previstos se diligenciarán aplicando por analogía las disposiciones de los que sean semejantes o, en su defecto, en la forma que establezca el juez.

En el mundo digital, la fuente de la prueba radica en la información contenida o transmitida por medios electrónicos, mientras que el medio de prueba será la forma a través de la cual esa información entra en el proceso.

Dada la acelerada evolución tecnológica y la utilización masiva de los instrumentos electrónicos o digitales en todos los sectores de la vida social, las fuentes de prueba de naturaleza digital se han incrementado de forma considerable. Nos encontramos con nuevos instrumentos informáticos, multimedia y/o de comunicaciones, así como con novedosos formatos y soportes: teléfonos móviles, smartphones (iPhones, Androids y otros teléfonos inteligentes), tabletas, ordenadores, dispositivos USB, ZIP, CD-Rom, DVD, reproductores de MP3 o MP4, servidores de información, PDA, navegadores, pantallas táctiles en automóviles; sin olvidar el relevante ámbito del cloud computing.

Por eso será necesario, en muchas oportunidades, ofrecer otras pruebas al mismo tiempo que acompañen el ofrecimiento de la prueba de mensajes de WhatsApp.

Además:

Naturaleza jurídica
Su introducción en el proceso con otros medios probatorios
Posibles actitudes del demandado
La impugnación
Valoración de la prueba
Colofón

Este artículo forma parte de la publicación 'Temas de Derecho Procesal', exclusivo para suscriptores de Erreius

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