La Sala X de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo confirmó un fallo que hizo lugar a un reclamo por diferencias de salarios ya que consideró que las horas extras pueden ser acreditadas por cualquier medio.

En el caso “Sosa Pabla c/ Jumbo Retail Argentina S.A. (D) s/ diferencias de salarios”, la sentencia de primera instancia avaló el reclamo de un trabajador al que no le pagaron las horas extras que había cumplido. La empleadora apeló la sentencia, pero para los camaristas no realizó una crítica razonada y concreta de los elementos de prueba, en especial de la prueba testimonial obrante.

Los testigos indicaron que la actora prestaba servicios para la demandada de lunes a sábados de 6 a 18 horas en el local ubicado en la calle Juan B. Alberdi 1363 del barrio de Caballito y que el control de tareas se realizaba mediante fichas mecánicas.

Los jueces Gregorio Corach y Daniel Stortini consideraron que en “la prueba del cumplimiento de labores durante tiempo extraordinario, no existe norma legal alguna que establezca que su valoración deba ser realizada con mayor estrictez, o que la convicción que arroje la prueba producida deba ser más contundente que la necesaria para administrar cualquier otro hecho litigioso”.

“En otras palabras, el horario puede ser probado por cualquiera de los medios de prueba expresa o implícitamente admitidos por la ley orgánica y la valoración de la prueba debe ser realizada conforme los principios de la sana crítica, como dispone el artículo 386 del Código Procesal Civil y Comercial (CPCC)”, explicaron.

Para los magistrados, “los testimonios analizados revisten plena fuerza probatoria y valor convictivo, al ser concordantes, dar debida razón de sus dichos y reflejar sucesos de los que tuvieron conocimiento directo, sin que hayan recibido observación alguna de la contraria en tiempo procesal oportuno”.

Si bien los testigos tienen juicio pendiente con la demandada, explicaron que tal circunstancia no invalida sus testimonios per se ni lleva por ese solo motivo a dudar de la veracidad de quienes declararon bajo juramento, máxime si no se aduce concretamente la falsedad o inexactitud de lo referido, resultando de ello un mero cuestionamiento abstracto.

Además, indicaron que el perito contador, en su informe, señaló que no pudo verificar el libro de sueldos y jornales del artículo 52 de la ley de contrato de trabajo (LCT) y que la demandada tampoco le exhibió el informe requerido por la ley 11544, artículo 6, inciso c).

De esta manera, consideraron que se tornaba operativa la presunción establecida en el artículo 55 de la LCT, otorgándole eficacia probatoria y valor convictivo a los dichos de los testigos, por lo que la realización de horas suplementarias se encontraba acreditada.

“Aun cuando la presunción que emana del artículo 55 de la LCT es irrelevante como prueba del hecho de la prestación de labores en exceso de la jornada legal, por cuanto si no se prueba la realización de horas extras no pueden presumirse su cantidad o el monto de la deuda de ese origen, sí adquiere trascendencia en orden al quantum, una vez demostrada su realización”, agregaron.

Así, confirmaron el pronunciamiento de grado.

En el artículo “La prueba de las horas extraordinarias”, publicado en Erreius online, Amanda Caubet señala que “tanto en la ley de jornada de trabajo 11544 como en la ley de contrato de trabajo y en la ley de pequeñas empresas 24467 no se contempla una forma especial relativa a este hecho”.

Y señaló que “el artículo 197 de la LCT entiende por jornada de trabajo todo el tiempo durante el cual el trabajador esté a disposición del empleador en tanto no pueda disponer de su actividad en beneficio propio”.

“Integrarán la jornada de trabajo los períodos de inactividad a que obligue la prestación contratada, con exclusión de los que se produzcan por decisión unilateral de trabajador', agregó.

“El libro del artículo 52 de la ley de contrato de trabajo debería contener los datos precisos sobre horas extraordinarias, y que la planilla que establece la ley 11544 es una obligación del empleador. En caso de ausencia de las registraciones pertinentes pueden crear presunciones a favor del trabajador”, agregó la especialista.

En ese punto señaló que “el dependiente está obligado solo a la prueba de un hecho: el haber cumplido horas de trabajo más allá de la jornada legal o convencional”.

“Esta prueba, como toda otra, debe llevar al ánimo del juez la convicción de que tales horas fueron efectivamente realizadas. Y para ello se puede hacer valer la prueba de presunciones en caso de rebeldía o, lo que es más frecuente, la prueba de testigos que demuestre que en el establecimiento se cumplen habitualmente horas extraordinarias y que, en particular, el trabajador que las reclama lo ha hecho”, enfatizó.

Por último, señaló que la fórmula para determinar la medición de la jornada de trabajo se relaciona con los conceptos de jornada y de salario, pues el artículo 103 de la LCT prescribe que el salario es debido aunque el trabajador no preste servicios por la mera circunstancia de haber puesto su fuerza de trabajo a disposición del empleador.

Se considera computable como tiempo de trabajo:

a) El tiempo de prestación de servicios.

b) El tiempo durante el cual el trabajador esté a disposición del patrono, en que permanece inactivo dentro de la jornada si la inactividad es extraña a su voluntad, a su negligencia o a causas legítimas de suspensión de contrato (arts. 78, 218 a 223 y 208, LCT).

c) Las pausas dentro de la jornada en principio no se consideran tiempo trabajado, salvo que el descanso responda a una necesidad de la función y el trabajador no pueda disponer de su tiempo en provecho propio, por ejemplo, según la naturaleza del trabajo, debiendo permanecer el trabajador en el lugar donde realiza su labor.

Las horas extras pueden ser acreditadas por cualquier medio