Por: Florencia Ungra

'Hola Alexa, ¿me ayudas contra la evasión fiscal?'

I - Introducción

La percepción de impuestos se remonta al origen de todos los Estados en general y, en particular, al nuestro. Desde 1853, la Constitución Nacional ha considerado esta potestad como un pilar fundamental para la subsistencia y el financiamiento del Estado.

Fue Wagner uno de los primeros teóricos que concibió al impuesto no como un elemento dañino o “mal menor”, sino como un útil instrumento de modificación de la distribución de la renta nacional en sentido igualitario y de política fiscal puesta al servicio de la economía.

Aunque el mundo ha cambiado drásticamente desde entonces, la naturaleza de los tributos sigue siendo la misma, al igual que el desafío de optimizar la recaudación fiscal. En este sentido, el ámbito tributario no puede ni debe desaprovechar los avances tecnológicos, especialmente en la lucha contra el fraude fiscal.

En este contexto, todo apunta a que las herramientas que ofrece la Inteligencia Artificial (IA) desempeñarán un papel crucial en el futuro de la Administración Tributaria (AT), ayudando al Fisco a fortalecer el cumplimiento voluntario, incrementar la recaudación e identificar la tipología de actuación de los evasores.

A continuación, analizaremos las herramientas que la IA ofrece y el panorama en el derecho comparado, explorando propuestas para su implementación en Argentina.

Una estrategia integral para que la Administración Tributaria minimice las prácticas de elusión y evasión fiscal debe incluir un elemento clave: la obtención de pruebas que acrediten las malas prácticas de los contribuyentes evasores sin afectar los derechos de quienes cumplen con sus obligaciones. Es fundamental evitar generalizaciones que traten a todos como evasores, ya que ello vulneraría los derechos de los ciudadanos que contribuyen de manera responsable al sistema tributario.

II - La investigación de delitos fiscales con herramientas de IA

La lucha contra la evasión fiscal llevó al legislador a recurrir al Derecho Penal como herramienta para garantizar la protección del bien jurídico tutelado mediante la aplicación de sanciones penales.

Los delitos contra la Hacienda Pública constituyen el punto de convergencia de dos ramas del ordenamiento jurídico: el Derecho Tributario y el Derecho Penal. El primero aporta todo su sistema de garantías y límites, indispensable dada la gravedad que comporta la pena, manifestación de la violencia legítima del Estado. El segundo brinda todos los elementos necesarios para delimitar el hecho punible.

Hasta la promulgación de la ley 23771 en febrero de 1990, las conductas vinculadas a la defraudación fiscal eran sancionadas dentro de un régimen contravencional establecido por la ley 11683 de procedimiento fiscal.

No obstante, quedó en evidencia la necesidad de considerar estas acciones defraudatorias no como meras infracciones tributarias, sino como verdaderos delitos, es decir, conductas reprochables que merecen penas.

Así, la ley 23771 definió una política criminal tributaria significativa, tipificando diversas conductas dirigidas a atentar contra la estabilidad financiera del Estado.

Sin embargo, la normativa vigente no ha logrado cumplir completamente con las expectativas en cuanto a su eficacia para desalentar la evasión fiscal. Una de sus principales falencias radica en la falta de celeridad en la investigación de los delitos tributarios, ámbito en el que la IA puede ofrecer respuestas innovadoras y soluciones eficientes.

Dentro de la informática, las tecnologías de IA son un campo vinculado a la computación cognitiva que tiene como objetivo desarrollar máquinas y sistemas capaces de realizar tareas basadas en algoritmos que emulan a las labores que se consideran propias de las funciones humanas sapientes y cognoscitivas, como el razonamiento o el aprendizaje. Dichos algoritmos se componen de códigos informáticos y operaciones lógicas que contienen instrucciones para el análisis rápido de una cantidad masiva de datos en bruto y su transformación para convertirlos en información con valor agregado.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) define a la IA como un campo dentro de la informática que tiene como objetivo desarrollar sistemas capaces de realizar tareas como percepción, interacción con el lenguaje o resolución de problemas basada en algoritmos, que se traducen en códigos informáticos que contienen instrucciones para el análisis rápido y la transformación de datos en conclusiones, información u otros resultados (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 2024). La caracterización de un sistema como la IA debe basarse en la existencia y utilización conjunta de cinco capacidades: descubrir, predecir, justificar, actuar y aprender.

Cuatrecasas Monforte dividió las herramientas de IA de utilidad al Derecho Penal:

de predicción y evaluación de riesgos;
de investigación de delitos, y
de tramitación.

Y es que, si bien los algoritmos no pueden predecir el futuro, sí pueden estimar la probabilidad de que algo suceda basándose en los datos ya existentes. Estas herramientas computacionales inteligentes tienden a aumentar la productividad de los organismos de inspección tanto en la recuperación de ingresos como en la acción preventiva, anticipándose a las acciones de evasión fiscal.

Además:

III - Los datos y la machine learning: primera aproximación
IV - El IA en base a modelos de reconocimiento situacional
V - La IA en el derecho comprado

Este artículo forma parte de la publicación 'Temas de Derecho Penal y Procesal Penal', exclusivo para suscriptores de Erreius

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La implementación de la inteligencia artificial en la lucha contra la evasión fiscal