Una persona física puede tener en el denominado patrimonio personal créditos relacionados a la generación de renta de segunda categoría, más conocida como renta de capital. En este sentido, pueden tener diferentes orígenes tales como los que siguientes:

Es el caso de una operación en la cual se otorgó un préstamo a una persona física o jurídica, con fondos generados del capital personal o fondos de la explotación unipersonal que fueron retirados con destino el patrimonio personal.
Es el supuesto cuando se enajena un inmueble de los bienes personales financiándose el precio de venta en cuotas.

Asimismo, los créditos señalados son los más habituales que se encuentran en el patrimonio personal del contribuyente y que suelen generan intereses, los cuales constituyen renta de segunda categoría de capital sujeto a la escala por la imposición global y personal. En consecuencia, son generadores de renta gravada en el impuesto a las ganancias, por los que se lo vinculan a la segunda categoría.

Ahora bien, la persona física en algún momento puede pretender cederlo a un tercero con el objeto de lograr lucrar con su enajenación. Esto se puede ver desde un punto de vista de su naturaleza jurídica como una concesión de derechos personales, ya que se traspasa la posición de deudor a otro sujeto a cambio de una retribución. De este modo, la diferencia entre la retribución que se obtiene y el valor del crédito a ese momento arroja una diferencia positiva (ganancia) para el poseedor de ese derecho personal, es decir, el deudor.

Es ante este escenario que se quiere analizar cómo encuadra esa cesión onerosa de derechos creditorios personales por parte de la persona física, cuando se habla de créditos que integran el capital personal y no el empresarial. Al respecto, se puede decir lo siguiente:

Teoría de la fuente: según la teoría de la fuente para que una renta quede alcanzada debe existir: periodicidad, permanencia y habilitación, lo que no sucedería en el caso. En consecuencia, no existiría habitualidad en la cesión del derecho personal para quedar enmarcado dentro de esta teoría.
Tipificación de la renta en alguna categoría: los traspasos de derechos creditorios personales no están tipificados en ninguna de las categorías como renta alcanzada. Y si así fuese, la concesión estaría alcanzada sin importar la habitualidad.

En este sentido, hay que recordar que con la reforma del año 2017 se incorporó como renta de capital de segunda categoría a las cesiones de boleto de compraventa, siendo este un derecho personal, pero relativo a la compraventa de un inmueble. Así como también se incorporó la posibilidad de gravar las transferencias de derechos reales sobre inmuebles. Por lo tanto, en ninguno de los casos alcanza a la cesión onerosa de derechos créditorios.

En función de todo lo indicado, las cesiones onerosas derechos creditorios que integran el patrimonio personal no forman parte del hecho imponible del impuesto, debiendo justificar la diferencia entre la retribución y el valor del crédito en el cuadro de justificación patrimoniales como renta no gravada a Columna II.

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