En la causa 'Menéndez, Hernán Eduardo c/ La Caja ART S.A. s/ Accidente- Ley especial”, la sentencia de primera instancia hizo lugar a las pretensiones deducidas, por lo que la demandada apeló.

La aseguradora se agravió porque sostuvo que no se trató de un accidente ocurrido en el trayecto al trabajo, ya que, según sus argumentos, el actor habría alterado su recorrido habitual, lo que consideró que fue el desencadenante del siniestro.

La norma bajo análisis

Los jueces Graciela Lucía Craig y Luis Aníbal Raffaghelli citaron el art. 6 de la L.R.T, que prescribe: “Se considera accidente de trabajo a todo acontecimiento súbito y violento ocurrido por el hecho o en ocasión del trabajo, o en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar de trabajo, siempre y cuando el damnificado no hubiere interrumpido o alterado dicho trayecto por causas ajenas al trabajo”.

“El trabajador podrá declarar por escrito ante el empleador, y éste dentro de las 72 horas ante el asegurador, que el itinere se modifica por razones de estudio, concurrencia a otro empleo o atención de familiar directo enfermo y no conviviente, debiendo presentar el pertinente certificado a requerimiento del empleador dentro de los tres días hábiles de requerido”, agrega el artículo.

Trayecto

Para los magistrados, en los términos previstos en el citado artículo, no se encontraba alterado el trayecto al domicilio del empleador.

“La concurrencia al Banco, de camino a su trabajo y siendo éste donde percibía sus haberes, en modo alguno resulta un hecho ajeno a la relación laboral, y que resulta interruptivo del trayecto al trabajo”, remarcaron.

En este punto, explicaron que “el sentido de 'trayecto' resulta esencialmente dinámico, puesto que el trabajador no tiene por qué conducirse como un autómata; que incluso puede tomar en diferentes días, distintos recorridos, siempre y cuando exista el 'animus' de dirigirse del trabajo al domicilio o viceversa”.

No hubo alteraciones en el trayecto

“No puede sostenerse que el trabajador salió del 'trayecto' o lo interrumpió en su interés particular, por el mero hecho de que hubiese alterado circunstancialmente la rutina”, agregaron.

Al analizar las pruebas del caso, tuvieron en cuenta que, gracias al mapa adjuntado, quedó acreditado que el banco quedaba en el trayecto al trabajo cuando se dirigía a prestar servicios.

De esta manera, no podía desconocerse que se trató de un accidente ocurrido en el trayecto al trabajo (in itinere).

Débito laboral

En el artículo “Accidente “in itinere”. Reflexiones necesarias para un adecuado abordaje de los derechos del trabajador siniestrado”, publicado en Temas de Derecho Laboral y de la Seguridad Social, Daniela Favier sostuvo que la cuestión, en estos casos, “pasa por el débito laboral, es decir, la obligación de cumplir con el trabajo”.

“Ello supone el obligado desplazamiento del trabajador, espacio de tiempo y lugar en donde los riesgos que puedan suceder en ese espacio de tiempo y lugar son asumidos por quien exige ese débito laboral y se nutre y se beneficia con ese trabajo personal”, añadió.

“No tiene relación con la forma en que las tareas son asignadas o el tipo de trabajo que se realiza, sino por la disposición impuesta de concurrir y cumplir con la obligación de presentarse a trabajar”, agregó.

Y explicó que “esa obligación que tiene el obrero y que implica su desplazamiento necesario la ley ha dispuesto protegerla de manera objetiva, sin necesidad de probar responsabilidades subjetivas, poniendo en cabeza del empleador los riesgos que se viven en la calle o la vía pública sin que él tenga ninguna responsabilidad sobre el tercero dañador”.

No es un dato inmodificable

Luego Favier señaló que “denunciar el recorrido o exigir que el mismo sea declarado por el trabajador que ingresa al empleo no puede ser tomado como un dato inmodificable y que autorice por el solo hecho de no coincidir con el lugar del siniestro el rechazo del accidente de trabajo”.

Circunstancias de lo más variadas y razonables pueden hacer que el recorrido sea variado, como por ejemplo haberse desviado para dejar a un hijo en casa de un familiar para poder concurrir a prestar las labores, cuestión que es muy común en las madres o padres trabajadores.

El siniestro ocurrido en esas circunstancias no podría ser rechazado ya que ese desvío responde a la necesidad de cumplir con el débito laboral.

“Es por ello que buena parte de la jurisprudencia ha afirmado reiteradamente que el trabajador no interrumpe el trayecto por la mera circunstancia de introducir variaciones o conductas que en nada modifican el hecho de estar frente a un accidente in itinere”, concluyó la especialista.

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