Esta semana comenzó un juicio contra Meta Platforms Inc., la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp.

En concreto, la Comisión Federal de Comercio (FTC, sus siglas en inglés) y una coalición de fiscales generales presentaron una demanda antimonopolio en 2020, y consideran que el dominio de la empresa en las redes sociales se debe a prácticas anticompetitivas que redujeron la competencia y perjudicaron a los usuarios.

Sostienen que estas compras fueron parte de una estrategia para neutralizar amenazas potenciales al monopolio de Facebook, más que decisiones impulsadas por sinergias tecnológicas o intereses legítimos de expansión. Se estima que el proceso durará unas ocho semanas aproximadamente.

Gran parte de la jornada, los fiscales del caso recorrieron la historia de Facebook desde su lanzamiento en 2004 y solo al final del día empezaron a avanzar en el núcleo del caso, la adquisición primero de Instagram y posteriormente de WhatsApp.

La FTC solicitó al tribunal que considere la posibilidad de desmantelar la compañía, lo que implicaría obligar a Meta a vender Instagram y WhatsApp, marcando así un cambio radical en la forma en que se regulan las fusiones tecnológicas y se enviaría un mensaje contundente a otras empresas del sector.

Para la acusación, “durante más de una década, Meta mantuvo en Estados Unidos un monopolio en los servicios de redes sociales”, que permiten a las personas estar en contacto con sus familias y amistades. Según el ente regulador, otras grandes plataformas como YouTube y TikTok no están en la misma categoría.

La presidenta de la FTC, Lina Khan, explicó por qué se presentó la acusación contra la empresa de Mark Zuckerberg: 'Ninguna empresa está por encima de la ley. Cuando las compañías dominantes utilizan su poder para eliminar amenazas competitivas, socavan la innovación y perjudican a los consumidores'.

Los hechos investigados

El tribunal a cargo deberá analizar las dos adquisiciones clave cuestionadas por la FCT y los fiscales: Instagram en 2012 y WhatsApp en 2014.

Los correos electrónicos internos obtenidos durante la investigación, y presentados como prueba en el juicio, revelan que Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, y otros ejecutivos consideraban explícitamente a estas plataformas como competidores significativos.

Con respecto a Instagram, Zuckerberg escribió en 2012: 'Es mejor comprar que competir.' Los fiscales consideran que este tipo de comentarios revela una clara intención de eliminar rivales emergentes antes de que pudieran desafiar a Facebook.

La red social quería adquirir Instagram, indicó entonces el empresario, por el 'enorme número' de personas que estaban utilizando la aplicación para compartir un creciente número de imágenes, mientras que los usuarios de Facebook solo publicaban 'unas pocas fotos'.

Hay que destacar que Facebook intentó remediar el problema desarrollando su propia aplicación para compartir fotos, denominada Facebook Camera, pero no funcionó.

En este contexto, la fiscalía considera que Facebook compró Instagram para deshacerse de un rival cada vez más fuerte que amenazaba su control entre los usuarios.

Dos años después, en 2014, Facebook pagó u$s19 mil millones de dólares por WhatsApp, la aplicación de mensajería que, en ese momento, tuvo un boom de crecimiento y era una de las más descargadas del mundo.

Los fiscales y la FTC consideran que, en el actual escenario, los usuarios tienen pocas o ninguna alternativa real debido a que, a través del control de Facebook, Instagram y WhatsApp, Meta domina el tráfico de redes sociales, recolecta enormes volúmenes de datos personales y luego los vende a su red a anunciantes, en un contexto de escasa competencia directa.

De esta manera, sostienen que no solo se limita la innovación tecnológica, sino que también perjudica a los consumidores al reducir sus opciones y elevar los costos ocultos de participación -como la pérdida de privacidad y el control sobre sus propios datos-.

Además, la demanda sugiere que Meta creó barreras artificiales para impedir el crecimiento de otras aplicaciones. Entre estas prácticas cuestionables se incluirían restricciones al acceso a su API (interfaz de programación de aplicaciones), cambios súbitos en los términos de uso para desarrolladores, y presuntas represalias contra empresas que intentaron competir o colaborar con rivales de Meta.

La defensa de Meta

La empresa Meta se defendió argumentando que sus adquisiciones pasaron por procesos de revisión regulatoria en su momento y que fueron aprobadas sin objeciones.

Además, sostuvo que invirtió en mejoras de sus plataformas y que su éxito se debe a una innovación constante, no a prácticas desleales.

En un comunicado oficial, la compañía declaró: 'Este caso ignora la realidad del entorno competitivo en el que operamos. Las redes sociales evolucionan constantemente y los consumidores tienen más opciones que nunca.'

Qué consecuencias tendrá el fallo para las plataformas digitales

Los especialistas consideran que un fallo contra Meta podría abrir la puerta a un nuevo marco legal para regular plataformas digitales, incluyendo reglas más estrictas sobre el uso de datos personales, la interoperabilidad entre servicios y el acceso justo a plataformas clave para desarrolladores y emprendedores.

También se intensificaría el análisis sobre futuras adquisiciones por parte de grandes tecnológicas ya que, durante años, compañías como Amazon, Google, Apple y la misma Meta compraron cientos de startups, muchas veces antes de que llegaran a representar una amenaza real. Esta práctica es conocida como 'killer acquisitions' (adquisiciones asesinas).

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