Se debe rememorar que la visión de las organizaciones empresariales ha enfrentado cambios radicales desde sus inicios,desde la teoría clásica con su perspectiva mecanicista del hombre de Taylor y Fayol hasta las visiones modernas tal como la teoría humanista; ponen de relieve un claro desarrollo en la forma de administrar una compañía en lo relativo a sus personas. Lo indicado también ha afectado a la administración de uno de los factores de la producción: el humano. Incluso, esto se puede ver claramente en la modificación del concepto de administración de personal a recursos humanos.

El mundo corporativo enfrenta un nuevo panorama con una gran volatilidad del mercado de trabajo y el desarrollo de nuevas formas de ver la relación empresa – empleados. Es que la visión moderna del management o de la administración de organizaciones ha ido cambiando al punto tal que hoy el factor humano juega un relación primordial en el éxito de las compañías, aparte de haberse convertido en un recurso escaso dada la alta competencia del mercado y a las nuevas políticas basadas en que la experiencia se construye trabajando en varias empresas. Hace algunos años, el caso general era el de aquellos que ingresaban a una compañía y se jubilaban en la misma, siendo empleados mono experiencia. Pero hoy sabemos que eso cambio y que las organizaciones valoran más aquellos candidatos con experiencias múltiples, marcando un cambio de paradigma a escala global.

Es por lo expuesto que las políticas de bienestar de las compañías tendientes a retener el talento se han hecho cada vez más notorias en el mundo empresarial así como también se ha hecho evidente la implementación de políticas cuyo objetivo es profundizar el sentido de pertenencia de los empleados a la empresa. Al respecto, una de las políticas más trascendentes que se han llevado a cabo en este sentido ha sido la “fiesta de fin de año”, con diferentes modalidades: cena o almuerzo de fin de año, día de camping con todos los integrantes de la organización, viaje grupal recreativo laboral, etc.

En este contexto, demás está decir que estas tácticas administrativas generan gastos a la estructura de la firma que luego se ve reflejado en sus balances contables. Asimismo, no se trata de liberalidades, sino de despilfarros intrínsecamente relacionados con los objetivos empresariales: el bienestar de uno de los factores importantes de la organización, el humano. Por consiguiente, estamos frente a dispendios de la actividad empresarial y que contribuyen, en el corto y mediano plazo, a obtener mejores resultados.

Desde el punto de vista del impuesto a las ganancias todo consumo relacionado con la fuente de ganancias gravadas resulta deducible, con las limitaciones y restricciones que regla la ley. En esta línea de pensamiento, podemos decir que las conjunciones que genera la fiesta de fin de año constituyen un gasto más de la actividad empresarial y que siempre se proyectan al finalizar el año. Por lo que no habría argumentos para cuestionar su deducción, toda vez que su conexión con la actividad empresarial es indudable.

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