Al igual que sucede en otras naciones, ante un ciclo económico de depresión suelen surgir con fuerza las estafas piramidales, impulsadas por la necesidad económica de sus habitantes ante un escenario coyuntural adverso. Y el tipo de estafa piramidal que más se acentuó en los últimos años han sido las virtuales. En nuestra historia reciente hemos visto en medios periodísticos que pueblos casi enteros han caído en estas trampas.

Recordemos a estos fines que las estafas piramidales se basan en el ya conocido esquema ponzi: “En un sistema Ponzi nos encontramos que una persona (ya sea física o jurídica) ofrece gran rentabilidad a inversores, gracias a lo que consigue fácilmente convencera la gente para que se le preste capital para ser invertido. Los intereses del dinero depositado o prestado son pagados con el dinero que invierten los nuevos clientes.

La rueda sigue funcionando hasta que deja de entrar dinero, y esto puede ser debido a una crisis, a que se acaben los estafados o a cualquier otro motivo. En ese momento, de desmontar el entramado que deja a los estafados sin el ahorro que habían invertido”.

La rueda siguefuncionando hasta que deja de entrar dinero, y esto puede ser debido a unacrisis, a que se acaben los estafados oa cualquier otro motivo. En ese momento, de desmonta el entramado que deja alos estafados sin el ahorro que habían invertido”.

En definitiva, en el esquema ponzi las rentabilidades prometidas son pagadas con el capital de los nuevos inversores. Y así, sucesivamente. Por lo que el sistema permanece en la medida que ingresen más y más inversores que estén dispuestos a mantener su inversión, mientras se destruye su capital aportado.

En este marco, el esquema funciona de la siguiente manera:

Ahora bien, lo cierto es que una vez descubierta la estafa el sistema colapsa y todo el capital pendiente de recupero más los beneficios devengados no cobrados se tornan en ilusorios. Dichos en otros términos, el activo financiero (capital más beneficios adeudados) se transforma en un mal crédito de difícil recuperación. Ello por cuanto las empresas que promueven estos esquemas son de cartón, o sea, no tienen sustancia y están a nombre de testaferros insolventes.

Lo indicado erosiona sin lugar a dudas el patrimonio de empresas e individuos que se encuentran de repente con una pérdida extraordinaria. Desde la perspectiva del individuo que invirtió desde su patrimonio personal hay que tener presente que dicha pérdida extraordinaria puede ser deducible en el impuesto a las ganancias toda vez que la inversión generaba rentas de segunda categoría de capital sujeto a la escala.

Por lo tanto, el activo financiero pendiente de realización en estos casos podría deducirse como pérdida extraordinaria siempre que se haya hecho la debida denuncia policial a fin de dar cuenta de la inexistencia de tal activo por la desaparición del deudor. Es que luego de descubierto la estafa los delincuentes desaparecen. No olvidemos que la propia ley autoriza la deducción de pérdidas extraordinarias por siniestros, o sea, aquello que sucede en forma inesperada,accidental o no planificada, como puede ser una estafa bajo un esquema ponzi.

Aunque claro está que si se llega a recuperar algo producto de un proceso judicial, lo cual resulta difícil en estos casos, dicho recupero será una ganancia gravada.

Igual criterio se aplicaría en el supuesto caso de que la inversión se haya concretado desde el patrimonio empresarial.

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