En un proceso de quiebra, la jueza de primera instancia autorizó la desafectación del bien de familia de un inmueble propiedad del fallido ubicado en el “Club de Campo San Diego”.

El afectado apeló la decisión por considerar que se omitió disponer la exclusión del inmueble destinado a vivienda del desapoderamiento previsto en los artículos 107 y 108, incisos 2 y 7, de la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ). Indicó que su delicado estado de salud le impide trabajar y que, además, su conviviente tiene un cierto grado de discapacidad.

Los jueces del caso “Cortiñas Ignacio, José Antonio s/quiebra” indicaron que “el fallido se encuentra desapoderado -desde la fecha de quiebra-, de pleno derecho, de sus bienes, lo cual impide que ejercite los derechos de disposición y administración sobre los mismos”.

En este sentido, destacaron que el artículo 244 del Código Civil y Comercial dispone que puede ser afectado al régimen de bien de familia cualquier inmueble destinado a vivienda y que el artículo 248 prevé la subrogación real del inmueble afectado al régimen tuitivo, permitiendo que las garantías de este se conserven en relación con los valores que lo sustituyen de modo transitorio.

Además, el artículo 249 establece que en el proceso concursal la ejecución de la vivienda solo puede ser solicitada por los acreedores que enumera -vgr.: los de causa anterior a la afectación, entre otros-; y que los acreedores sin derecho a requerir la ejecución no pueden cobrar sus créditos sobre el inmueble afectado ni sobre los importes que la sustituyen en concepto de indemnización o precio, aunque sea obtenido en subasta judicial, sea esta ordenada en una ejecución individual o colectiva.

Finalmente, estipula que si el inmueble se subasta y queda un remanente, este se entrega a su propietario, zanjando de ese modo las posiciones encontradas que sobre el tema existían en doctrina y jurisprudencia con la antigua ley.

Sobre la base de estas disposiciones normativas, los integrantes de la Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial tuvieron en cuenta que, en el caso, fue el propio fallido quien solicitó la desafectación del bien inmueble en el que habita junto con su conviviente del régimen de bien de familia, en el entendimiento de que la vivienda no se encuentra sujeta a desapoderamiento a los fines de adquirir otro de menor valor para destinar el remanente a su subsistencia.

En este punto, explicaron que existían créditos otorgados con anterioridad a la fecha de afectación, por lo que correspondía confirmar la decisión de primera instancia.

Luego agregaron que en los términos de lo normado por los artículos 248 y 249 del Código Civil y Comercial, lo decidido por la jueza de primera instancia -desafectación del bien de familia sujeto a determinadas condiciones- aparecía enteramente razonable.

“Ello así, en la medida en que el deudor no queda en modo alguno desprotegido del derecho a la vivienda; resultando ciertamente prematuro expedirse sobre el destino de los fondos en caso de existir remanente, lo cual habrá de ser evaluado en su momento ponderando la existencia de otros bienes a los cuales agredir a los fines del pago de las acreencias”, concluyeron los jueces Alejandra Tevez y Ernesto Lucchelli.

En tanto, el camarista Rafael Barreiro votó en disidencia y consideró que debía resaltarse que “el derecho de toda persona al acceso y protección de la vivienda constituye un derecho humano fundamental”.

“El Código lo recepta y flexibiliza, ampliando el número de beneficiarios, en sincronía con el respeto al principio de autonomía personal que deriva de la existencia de múltiples formas familiares dignas del mismo tratamiento. Así, sustituye el bien de familia de la ley 14.394, derogándola e incorporando en el Capítulo 3, denominado Vivienda, importantes modificaciones en esa línea”, agregó.

Y destacó que no se encontraba en discusión que el inmueble era la vivienda única y de ocupación permanente del fallido y de su conviviente, y que aquel padece de cierta discapacidad.

“Por lo cual, independientemente del carácter liquidativo de la quiebra, debe ponderarse que convergen aquí razones sustanciales para acceder a lo solicitado por el deudor y, seguidamente, detener la ejecución del bien en cuestión, lugar de residencia del grupo familiar con las particularidades ya señaladas”, remarcó.

Es que, entendió Barreiro, “cuando se trata de cuestiones tan sensibles, siendo el deudor una persona de 67 años de edad, discapacitado, con los riesgos que el caso acarrea, la interpretación normativa debe guiarse por los superiores derechos tutelados, correspondiendo en el caso atemperar el rigor falencial ponderando con una visión más amplia los derechos del ser humano y sus necesidades básicas, tales como el acceso a una vida digna”.

Y enfatizó que en este caso los acreedores de título anterior a la afectación del inmueble como bien de familia no han pedido de modo expreso la desafectación, siendo los únicos legitimados al efecto, y que existen otros bienes a los cuales agredir a los fines del pago de las acreencias.

El principio general de la “protección de vivienda sostiene que el inmueble es inejecutable, salvo por algunas deudas anteriores a la constitución del hogar como bien de familia”.

Marina Crespín, en el artículo “El desapoderamiento de la quiebra”, publicado en Erreius online, explica que “el desapoderamiento constituye uno de los efectos patrimoniales más importantes de la quiebra. El fallido pierde la administración y disposición de los bienes, pero no su posesión”.

El desapoderamiento comprende los siguientes bienes: los existentes al decretarse la quiebra, los futuros que ingresaren al patrimonio antes de la rehabilitación, los que vuelven al patrimonio como consecuencia de las acciones de recomposición, y los propios y gananciales de su administración, cuando el fallido es una persona casada.

Y explica que entre los bienes excluidos del desapoderamiento está el “bien de familia” que quedan fuera por una “cuestión de protección, no solo del deudor, sino también de su familia”. Pero para que ello ocurra deben cumplirse determinadas situaciones.

Accedé al texto completo del fallo:

En qué casos procede la desafectación del bien de familia de un fallido