La Sala D de la Cámara Nacional Civil hizo lugar al pedido de nulidad interpuesto por el demandado, quien solicitó la nulidad de la audiencia preliminar, ya que había informado que en la fecha determinada para aquella se encontraría en una zona sin conexión a Internet.

Dicha audiencia se terminó llevando a cabo de todas maneras porque el juez de primera instancia entendió que la solicitud se realizó de manera extemporánea.

En el caso “Burlas, Daniel Sergio c/Barros Ocampo, Guillermo Eduardo s/cumplimiento de contrato”, el 28 de agosto de 2020 se dispuso una audiencia en los términos del artículo 360 del CPCCN -por vía virtual y remota-, estableciéndose que la misma se celebraría siempre que las partes y/o sus letrados no formulen objeciones dentro del plazo de cinco días desde su notificación.

El demandado formuló objeciones a la celebración de la audiencia, manifestando que en la fecha indicada estaría fuera de la ciudad y sin acceso a los medios tecnológicos adecuados y necesarios para la reunión. Pero igual se realizó.

Luego pidió la nulidad de la audiencia porque entendió que al haberse llevado a cabo -con fecha 08 de septiembre de 2020- se ha vulnerado su derecho de defensa.

La providencia interlocutoria del juez de primera instancia rechazó el planteo formulado por la demandada, quien luego apeló la decisión.

“Si bien el tribunal comparte en términos generales los basamentos de la decisión en cuanto a los presupuestos de las nulidades, como así también la interpretación restrictiva que cabe adoptar en la materia, los antecedentes tornan viable el planteo articulado”, explicaron los camaristas Patricia Barbieri, Gastón Polo Olivera y Juan Pablo Rodríguez.

“Aún cuando el escrito en cuestión se agregó un día antes de la audiencia, debe considerarse presentado el 4/9/2020, por haberse incorporado el 3/9/2020 pero fuera del horario hábil”, indicaron.

Así las cosas, tuvieron en cuenta que la notificación del auto del 28/8/2020 se practicó el 31/8/2020, lo que permitía “cotejar que el planteo se introdujo en el tiempo fijado por el propio magistrado para cuestionar precisamente la convocatoria. Esta circunstancia no debe ser soslayada en resguardo del debido proceso y el derecho constitucional de defensa en juicio”.

En consecuencia, los camaristas consideraron que existía razón al apelante, por lo que se admitieron sus quejas y se decretó la nulidad de la audiencia celebrada el 8/9/2020.

En el artículo “La comunicación digital en tiempos del COVID-19. Audiencias virtuales y el principio de inmediación digital”, publicado en Temas de Derecho Procesal de Erreius, Gabriela F. Gil señaló que “la situación epidemiológica está produciendo una revaluación de todas nuestras actividades, generando una diversidad de herramientas telemáticas que empiezan a utilizarse ante el retraimiento del comportamiento social y la imperiosa necesidad de mantener contacto, continuo y efectivo con los distintos actores del proceso, o permitir el acceso oportuno de las víctimas al servicio de justicia, mediante propuestas novedosas, eminentemente orales y virtuales”.

“La conversión del sistema escriturario y presencial, en tiempos de pandemia, seguramente dejará hondas secuelas, en las prácticas habituales del ejercicio de la magistratura”, agregó.

“La incorporación de herramientas de gestión digital que permiten celebrar audiencias virtuales con la participación del magistrado, tanto en procesos contradictorios como en aquellos eminentemente de carácter tutelar, es una eficaz manera de hacer frente a las restricciones impuestas, por la autoridad gubernamental, en beneficio de la salud pública”, remarcó.

Luego señaló que “el artículo 8-1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos dispone que ‘toda persona tiene derecho a ser oída... por un juez o tribunal competente’. En el mismo sentido, la Carta de Derechos de las Personas ante la Justicia en el Ámbito Judicial Iberoamericano dispone que las audiencias ‘se celebrarán siempre con presencia de juez o tribunal...’”.

“Se procura asegurar que el juez o tribunal se halle en permanente e íntima vinculación personal, con los sujetos y elementos que intervienen en el proceso y reciba directamente las alegaciones de las partes y las aportaciones probatorias; a fin de que pueda conocer, en toda su significación, el material de la causa, desde el principio de ella, ya que es quien a su término ha de pronunciar la sentencia que la resuelva”, enfatizó.

En nuestros Códigos Procesales, la especialista entendió que “el sistema de inmediación aparece bastante restringido, eclipsado en gran medida por una orientación predominantemente escrituraria (salvo algunas excepciones), con innegable repercusión en la materia probatoria”.

“Las audiencias virtuales revolucionan con tecnología innovadora, sorteando el entorno de aislamiento y modificando los principios procesales tradicionales de inmediación y economía procesal, los que deberíamos renombrar como de inmediación y economía procesal digital”.

Y concluye señalando que “quedará en el magistrado la administración y aprovechamiento de las bondades que ofrece la herramienta, resignificando el inicio de una nueva forma de impartir justicia a través de audiencias virtuales”.

Fuente: Erreius

Declaran nula una audiencia virtual porque una parte notificó que estaría fuera de la ciudad y sin acceso a medios tecnológicos