El Superior Tribunal de Justicia de Corrientes rechazó el recurso extraordinario presentado por la defensora de una joven de 21 años que pretendía mantener la cuota alimentaria argumentando necesitar el apoyo de su padre para continuar sus estudios, pero los magistrados destacaron que ella ya vivía en concubinato.

El caso “L. A. A. s/incidente de cese de cuota alimentaria” se originó cuando el padre de una joven solicitó el cese de la cuota alimentaria argumentando que la situación actual de su hija ya no justificaba que él afronte esa obligación económica.

Remarcó que la joven vive en unión convivencial y que se encuentra en una etapa de vida donde el Código Civil y Comercial establece que la obligación alimentaria del padre cesa si el hijo/a cuenta con otros medios de sustento.

El fallo de primera instancia

El tribunal de primera instancia consideró que había que mantener la cuota en un 20% para la joven cuando aún tenía 19 años y cursaba estudios ya que no contaba con ingresos propios. Sin embargo, el fallo fue apelado por las partes.

La joven señaló que es cierto que se encuentra transitoria y circunstancialmente en pareja, pero que no cuenta con ingresos para solventar sus estudios, ni su manutención y que el hecho de que se encuentre en vías de construcción una relación convivencial ello no elimina la obligación paterna.

Agregó que una reciente y no sólida relación de pareja no puede servir de instrumento para dejar en el desamparo a una joven mujer que continúa con su instrucción, trasladando las obligaciones que por ley corresponden al padre; que se ha dictado un fallo dogmático, con falta absoluta de aplicación de perspectiva de género, teñido de arbitrariedad, culminando en una decisión absurda.

Los argumentos del tribunal superior

El Superior Tribunal de Justicia correntino recordó que “la viabilidad del reclamo de alimentos para que la hija mayor pueda continuar sus estudios, es una de las importantes modificaciones que incorpora el derecho alimentario del Código Civil y Comercial en el art. 663”.

Desde ese punto de vista, sostuvo que debía cesar la obligación alimentaria del padre en base a la autonomía de la hija, quien ya cuenta con un entorno de asistencia económica en su nuevo núcleo familiar.

“La obligación de asistencia alimentaria en este tipo de casos puede recaer en la pareja de la joven, conforme a la normativa vigente sobre convivencias”.

Además, señaló que “la interesada no presentó evidencia suficiente de estar imposibilitada de generar ingresos propios para continuar sus estudios, ni de que el cursado de sus estudios le impida trabajar”.

La perspectiva de género no era relevante en este caso

En este expediente, para los jueces, la perspectiva de género no fue un factor que justificara la continuidad de la cuota alimentaria, ya que no se observaron desventajas estructurales o desigualdades de poder que afectaran a la joven.

El juez Guillermo Horacio Semhan, acompañado por unanimidad por los ministros Fernando Augusto Niz, Luis Eduardo Rey Vázquez, Eduardo Panseri y Alejandro Chaín, argumentó que, aunque la ley establece una extensión de la obligación alimentaria hasta los 21 años en ciertos casos, la situación cambia esta regla. “La joven vive en una unión convivencial con su pareja, quien trabaja, y ambos han iniciado un proyecto de vida en común, lo cual genera una responsabilidad mutua de asistencia económica entre ellos, tal como lo establece el artículo 519 del Código Civil y Comercial”, señaló.

Asimismo, remarcó que, aunque la hija está inscripta en el plan FINES para completar sus estudios secundarios, no presentó evidencia de avance en los mismos.
“No es suficiente la mera prueba de estar inscripto en la matrícula; sino que debe acreditar que el horario de cursado o el cumplimiento de otras obligaciones curriculares, le impiden realizar una actividad rentada para sostenerse en forma independiente, aplicándose el principio de las cargas probatorias dinámicas, vigente en todos los procesos de familia (art. 710 CCC). Es decir que a la fecha deberíamos aún ser más estrictos a la hora de establecer la continuidad de una cuota alimentaria y como vimos anteriormente se han acreditado los presupuestos para el cese en los términos del art. 658 de CCCN”, enfatizó.

Por último y respondiendo al argumento de la defensa que señalaba que el fallo carecía de perspectiva de género, pues dejaba a una joven mujer en situación de posible desamparo, aclaró “no se advierte un desequilibrio de poder que amerite compensación ni un perjuicio de género en la decisión; simplemente no se cumplen los requisitos legales para mantener la cuota”.

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