La Dra. Marianela Manelli comenta un fallo de la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, que revocó la sentencia de primera instancia, e hizo lugar a la demanda por despido entablada por una agente inmobiliaria contra la empresa Remax Argentina SRL.

Según la Cámara, quedó demostrado que la demandada disponía del trabajo de la actora para el desenvolvimiento de una parte de su actividad, el manejo comercial y la promoción de bienes inmuebles ajenos en función de un contrato de locación o de venta de dichos inmuebles a cambio de una comisión por los servicios de intermediación prestados. Esas circunstancias colocan a la actora fuera del supuesto de trabajo autónomo y la ubica al amparo del régimen de contrato de trabajo.

En los autos “Saretti, María Eva c/Remax Argentina SRL y otros s/despido”, se discutió si las tareas que prestaba la actora para la inmobiliaria demandada lo fueron en el marco de una relación de dependencia, o de una relación contractual colaborativa. La discusión se planteó a partir que Remax Argentina alegó que la actora no había sido empleada de su parte, sino que era dependiente de las distintas franquiciadas.

Al valorar la prueba testimonial, el Tribunal remarcó que, no sólo la trabajadora desempeñaba tareas como agente inmobiliario dentro de las oficinas de Remax, sino que además utilizaba los servicios informáticos (redes y página web) de la demandada para publicitar las propiedades otorgadas para las operaciones inmobiliarias requeridas por los propietarios.

Por lo tanto, según sostuvo la Cámara, la actora “prestó tareas como agente inmobiliario como parte de la estructura organizativa de la firma, de cuyos riesgos y beneficios resultó esencialmente ajena. No lo hizo en forma autónoma e independiente sino que se encontró sujeta a las facultades de dirección y organización de la demandada, pues más allá de su habilidad para conseguir potenciales clientes, la estructura empresaria le permitió no sólo atraer esos clientes sino concertar operaciones comerciales que determinaron ganancias para la empresa...”.

Agregó el Tribunal que, aún cuando Remax hubiera manifestado desde un comienzo que la forma de relacionarse con los agentes inmobiliarios era a través del sistema de franquicias, la presunción contenida en la primera parte del art. 23 LCT resultaba operativa incluso cuando se utilizaran figuras no laborales para caracterizar el contrato, salvo que existieran causas que impidieran encuadrar la relación dentro del régimen de contrato de trabajo.

En conclusión, la Cámara revocó la sentencia de primera instancia y consideró justificada la decisión tomada por la trabajadora por la cual se colocó en situación de despido, en virtud de la clandestinidad del vínculo y la postura reticente asumida por la demandada de reconocer la relación laboral.

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