El Dr. Marcelo Perciavalle analiza un fallo dictado por la Sala VIII de la Cámara Nacional del Trabajo que confirmó el rechazo de la demanda, por entender que el despido indirecto en que se colocó la trabajadora resultó injustificado teniendo en cuenta los términos del intercambio telegráfico.

Es que, en el particular, la trabajadora no había consignado en sus intimaciones el apercibimiento de “considerarse despedida”, por lo que –según el Tribunal- la empleadora pudo haber interpretado que no se encontraba en discusión la continuidad del vínculo, sino solo la posibilidad de reubicación.

En los autos “Isoardi, Analía Verónica c/Zara Argentina SA y otro s/despido”, la Cámara Laboral sostuvo que “Es requisito necesario para una válida ruptura del vínculo, la intimación previa conteniendo la afirmación de hechos (u omisiones) que configuren incumplimientos y el apercibimiento bajo el cual se efectúa el emplazamiento, ya fuera con la finalidad de obtener de la otra parte una revisión de la supuestamente viciosa conducta de que se trata o posibilitar el ejercicio del derecho de réplica. Esta obligación incumbe tanto al trabajador como al empleador, pues deben conocer cuál será la determinación que adoptará el uno o el otro, en el marco del deber genérico de obrar de buena fe”.

Además, el Tribunal agregó que no basta la aparente intención del denunciante –en el caso, el trabajador- de extinguir la relación, pues esa intención subjetiva, sin la comunicación escrita, no trasciende de la esfera psicológica del denunciante, y resulta indiferente para el derecho.

Por lo tanto, en atención al principio de conservación del empleo que rige la materia, la actitud rupturista de la actora resultó apresurada y no acorde a derecho.

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