Recordemos que en el ámbito del Régimen de Regulación de Activos (RRA), más bien conocido como blanqueo, tenemos dos regímenes bien diferenciados:

El régimen especial aplicable básicamente al concepto fondos, entendiendo por tal el efectivo en el país y en el exterior. Aunque optativamente resulta de aplicación para las cuentas del exterior, bancarias y no bancarias; y para los títulos del exterior depositados en aquel ámbito jurisdiccional.
El régimen general para el resto de los bienes.

Existe grandes diferencias entre ambos regímenes que si bien tienen los mismos beneficios van por caminos paralelos:

El régimen especiales mono etapa mientras que el régimen general es tripartito por componerse de tres etapas.
El régimen especial en caso de tener costo es a la tasa del 5%, mientras que el régimen general en caso de tener costo será a la tasa del 5%, 10% o 15%, según la etapa.
El régimen especial en caso de tener costo será retenido por la entidad bancaria o por el agente de liquidación y compensación más conocido como ALYC, mientras que en el régimen general quien debe cuantificar el impuesto e ingresarlo es el contribuyente.
El régimen especial en caso de tener costo no tiene un pago adelantado, mientras que el régimen general en caso de tener costo tiene un pago adelantado del 75% y el saldo del 25% se cancela el momento de presentación de la declaración jurada.
En el régimen especial, siempre y cuando se utilicen los fondos tal como lo rige la norma,nunca tendrá costo. En cambio, el régimen general no tiene reglas en cuanto al uso de los bienes blanqueados.
El régimen especial tiene un mínimo exento de 100.000 dólares, mientras que el régimen general tiene un mínimo no imponible de 100.000 dólares.

Esto implica que en caso de superarse el mínimo exento en el régimen especial y no destinarse los fondos a los destinos autorizados se retendrá por todo el 5%. Mientras que en el régimen general siempre se tributará sobre el excedente del mínimo no imponible a la tasa del 5%, 10% o 15% según la etapa.

Ahora bien, nos queda por hacer una última distinción entre el régimen especial versus el régimen general. Esta distinción tiene varias opiniones doctrinarias que van en un sentido o en el otro. No obstante, es importante precisar que para nosotros una distinción que hay entre el mínimo exento y el mínimo no imponible, más allá de las consideraciones ya indicadas, es que el mínimo no imponible está limitado por grupo familiar. Por su parte, el mínimo exento no está limitado por grupo familiar. Nos basamos para sostener este criterio en tres argumentos básicos:

La propia ley del paquete fiscal siempre que se refirió a limitación por grupo familiar hizo referencia al mínimo no imponible del blanqueo general. No existen normas que hagan referencia a que dicha limitación aplicaría el mínimo exento del blanqueo especial.
En la adhesión al régimen especial o al régimen general solo se solicita declarar el tema de carga de familia para el general y no así para el especial. Lo cual resulta realmente razonable si tenemos en cuenta que la normativa no limita a este último por grupo familiar.
La finalidad del blanqueo especial dicho por las propias autoridades del Ministerio de Economía no es recaudar sino movilizar la economía. Por tales motivos, resulta más que razonable que la intención no fue limitar el blanqueo por grupo familiar sino que todos puedan exteriorizar sin limitación para dinamizar la economía. No sucede lo mismo con el otro blanqueo, o sea el general, cuyo fin es recaudatorio. Por lo que se limitó la franquicia para evitar la erosión de la base imponible del blanqueo.

Si bien es cierto que hay otros profesionales que aplican otros criterios, nosotros entendemos que el expuesto es el criterio más razonable de acuerdo a lo que dice de manera literal la norma y su espíritu.

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