Los bienes que dejan de existir al 31 de diciembre

Todo individuo y sujeto empresa posee un patrimonio dado por el activo menos el pasivo. Estos bienes, por diversas circunstancias, se pueden erosionar dejando de existir parte del mismo. Uno de esos eventos que produce la desaparición, parcial o total, es cuando se generan los denominados casos fortuitos o de fuerza mayor.

En este sentido, el caso fortuito se da cuando sucede un evento impredecible de la naturaleza afectando tanto a los individuos como a las empresas. Tal es el caso de las inundaciones, terremotos, granizos, etcétera.

Por otra parte, las situaciones de fuerza mayor son también eventos imprevistos, pero en este caso es el accionar humano quien lo provoca ocasionando pérdidas en el patrimonio. Tal es el acontecimiento de las guerras, las manifestaciones humanas violentas, las políticas regulatorias gubernamentales, etcétera.

En lo concerniente al impuesto sobre los bienes personales no hay que olvidar que mide la tenencia de bienes o activos al 31 de diciembre de cada año. No obstante, antes de esa fecha pueden ocurrir casos fortuitos o de fuerza mayor que hagan desaparecer parte de esos bienes o del activo, por lo que en la medida que el contribuyente pueda demostrar con documentación fehaciente tales eventos impredecibles y su afectación al patrimonio, podrá dejar de gravar tales bienes o tales activos.

A estos fines no debemos olvidar que un activo es aquel cuyo titular tiene su propiedad jurídica y posee la característica de apreciación pecuniaria. Es decir, la cualidad de poder producir a futuro un flujo positivo de fondos para ese titular. Si el bien pierde estas características por un suceso fortuito o de fuerza mayor, deja de ser un activo con valor económico. Incluso, puede haber hechos en que se tornen en inexistentes por su destrucción total.

En consecuencia, todos aquellos activos que dejaron de existir antes del 31 de diciembre de cada año por esos eventos de la naturaleza o del accionar humano, deben dejar de gravarse en este tributo ya que no generan el hecho imponible.

En lo que respecta a bienes inmuebles la parte pertinente del art. 12 del decreto reglamentario esboza: “en el caso de contribuciones, edificios o mejoras cuyo valor esté comprendido en el costo de adquisición o construcción, o en su caso, valor de ingreso al patrimonio, y que por cualquier causa no existieran al 31 de diciembre del período fiscal por el cual se liquida el gravamen, se admitirá la deducción de los importes correspondientes, según justiprecio efectuado por el contribuyente”.

Por lo tanto, está contemplando los casos fortuitos o de fuerza mayor que afecten a los inmuebles.

¿Qué sucede cuando los activos blanqueados no llegan al 31/12/2024?

Para analizar este tema es necesario recordar dos centrales:

Que el hecho imponible del impuesto sobre los bienes personales es de naturaleza instantánea ya que se perfecciona el 31 de diciembre de cada año, sin importar lo que sucedió antes y después. Esto quiere decir que todos aquellos activos del país o del exterior, más allá de su origen (en blanco o blanqueados), se encuentran alcanzados si existen a dicha fecha, a menos que les resulte de aplicación una exención
Que la incorporación fiscal de los bienes regularizados en todos los casos es el 1 de enero de 2024

En este contexto, es necesario aclarar que por diferentes motivos puede darse el caso en que los bienes regularizados no lleguen al 31 de diciembre 2024:

Puede suceder que dichos bienes se terminen donando a un tercero
Puede ocurrir que se terminen consumiendo en gastos personales del o se hayan utilizado para financiar gastos de la actividad
Puede ocurrir que los bienes regularizados se hayan enajenado a un tercero antes del 31 de diciembre
Puede ocurrir que los bienes regularizados se hayan transformado en otro bien supuesto que se daría, por ejemplo, si se utilizó el dinero regularizado para adquirir una casa, entre otros bienes
Etcétera

En todos estos casos cuando acaeció el 31 de diciembre de 2024, fecha en que se perfeccionó el hecho imponible del tributo, ya no existían los activos regularizados, ya sea porque salieron del patrimonio, porque se consumieron, porque se utilizaron para pagar gastos de la actividad, porque se vendieron, porque se transformaron en otros bienes, otros motivos.

En este sentido, no corresponderá declarar a los activos regularizados en el gravamen debido a que no existen a la fecha clave. Sí en cambio, si los activos regularizados se transformaron en otros bienes, por ejemplo, se utilizó el dinero regularizado para adquirir un inmueble entre otros bienes, si estos existen al 31 de diciembre deben declararse. O sea, hay que declarar los adquiridos con el dinero del régimen de regularización, pero no el dinero blanqueado ya que es inexistente al 31 de diciembre.

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