Por: Richard Amaro Gómez

Se debe traer a la memoria que en el ajuste por inflación estático siempre se centra en los saldos al inicio (o al cierre del ejercicio anterior), sin importar los movimientos del ejercicio. No obstante, hay dos excepciones a la regla denominadas actividad de transformación, siendo una de ellas la enajenación de ciertos activos no computables o su entrega como medio de pago.

En este sentido, la actividad de transformación tiene su génesis cuando se enajene durante el ejercicio determinados bienes (punto 1 al 7 del inciso “a” del art. 106 de la ley) durante el ejercicio cuyo AXI impositivo se quiere determinar. En este caso, los referidos patrimonios que si bien deben excluirse del activo por no ser computables (por el valor que figuran en el activo), la ley indica que luego hay que volver a sumarlos (por el valor que representa su costo impositivo al momento de la venta) por haberse realizado durante el ejercicio.

Asimismo, el mismo tratamiento hay que darle en el supuesto que se entreguen los bienes indicados como parte de pago de los conceptos 1 a 4 del inciso d) punto I del artículo antes citado, referentes a ajustes dinámicos.

En definitiva, en la medida que estos bienes estén al cierre del ejercicio anterior y se realicen (enajenación) durante el ejercicio siguiente, el tratamiento que corresponde otorgar es:

Exclusión: hay que segregarlos del activo a fin de que no formen parte del activo computable por el valor que figuran en el activo total.
Inclusión: hay que volver a sumarlos en el activo computable por el valor que represente su costo impositivo al momento de la venta.

Véase que el valor por el cual se lo omite puede no coincidir con el valor por el cual luego se los incorpora.

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