Por: Richard Amaro Gómez

El concepto de un 'Súper IVA' se posiciona como una pieza central de la próxima reforma tributaria, cuyo objetivo principal es simplificar drásticamente la tributación sobre el consumo en Argentina.

La capacidad contributiva es la aptitud económica de los miembros de la comunidad para contribuir a la cobertura de los gastos públicos y que se refleja a través de tres parámetros básicos: la renta, el patrimonio y el consumo.

En lo concerniente a este último parámetro, el consumo tanto de bienes como de servicios, refleja capacidad económica, por lo que son múltiples los tributos que inciden sobre el mismo:

Nacional: Impuesto al valor agregado (IVA).

Provincial: Impuesto sobre los ingresos brutos.

Local (Municipal): Tasas municipales (cuya base, si bien es por servicios, indirectamente grava los ingresos de las empresas).

El contexto de la múltiple imposición

Entonces la adquisición como capacidad contributiva está fuertemente incidido por los tres niveles verticales de imposición.

A nivel intermedio están las 24 jurisdicciones (las 23 provincias más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) con el Convenio Multilateral, cuyo objetivo es evitar esa múltiple imposición horizontal distribuyendo los ingresos entre las mismas. Aunque el mismo actúa a nivel municipal para distribuir la base de imposición jurisdiccional entre sus municipios.

En definitiva, una de las variables más fuertemente incididas es el consumo. Y eso que no se ha hablado de otros tributos que también inciden sobre el mismo, tal como impuestos internos y el impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, indicado a nivel nacional. Por lo que se tiene una situación de múltiple imposición vertical en las diferentes esferas de gobierno de esta nación federal.

Lo expuesto conlleva a un complejo entramado normativo con regímenes de retención y percepción que suman más complejidad a la hora de la determinación tributaria.

El propósito del súper IVA

Dicho en otros términos, el súper IVA reemplazará:

A nivel nacional: el impuesto al valor agregado.
A nivel local e intermedio: el impuesto sobre los ingresos brutos.
A nivel local en su estrato más bajo: ciertas tasas municipales.

Esto no necesariamente implicará menor presión tributaria, sino el reemplazo de un sistema complejo de recaudación por uno más sencillo donde existirá un tributo al consumo donde:

El Estado Nacional embolsará hasta el 9%.
El resto será percibido por cada una de las jurisdicciones locales (básicamente nos referimos a las 24 jurisdicciones: las 23 provincias más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

La extra-recaudación que fijará cada una de estas jurisdicciones implicará una competencia fiscal entre las mismas para atraer inversiones a sus territorios.

Desafíos y conclusión

Este sistema requerirá una fuerte coordinación normativa en sus tres niveles (nacional, provincial y municipal), ya que se tratará de la instrumentación jurídica de una carga plurifásica al consumo con incidencia en los tres niveles de recaudación fiscal.

También serán necesarias normas marco aprobadas tanto por el Congreso Nacional como por las legislaturas provinciales y ni hablar de las municipales.

La reforma tributaria deberá contener normas de armonización a fin de evitar abusos y excesos en la aplicación del nuevo súper IVA e implementar mecanismos para definir el alcance que podrán tomar los regímenes de recaudación tanto en lo que es retención y percepción para este nuevo tributo.

En síntesis, la implementación del súper IVA representa un desafío monumental de coordinación fiscal federal. Si se ejecuta correctamente, podría simplificar un entramado normativo asfixiante; sin embargo, requerirá una armonización normativa rigurosa para evitar que la nueva libertad de fijación de alícuotas se traduzca en competencia fiscal desleal o en un aumento no deseado de la presión tributaria total.

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